jueves, 2 de junio de 2011

Tempus Fugit.


...demasiado veloz...
Cada día que pasa es más corto que el anterior y cuesta más llevarlo...
Cada día que pasa las alegrías son menos y son mayores las tristezas.
Hoy no es el mejor de los días...Las noticias negativas comienzan a llamar a tus puertas con una insistencia insoportable. Admiro a la gente que es capaz de soportar esta presión sin inmutarse, con fuerza, valientes... Los admiro porque yo no puedo hacerlo y quizás me gustaría, aunque más por miedo y cobardía que por cualquier otra razón.
Sufro cada día por mis seres queridos...por observar cómo se van haciendo mayores y llegan los achaques de todo tipo, esas enfermedades dolorosas e inhumanas que se ceban con ellos, que se alojan para quedarse sin permiso, sin preguntar.
Desafortunadamente todo llega y yo no estoy preparado. No lo estoy para ver a mi Abuelo temblando en una silla de ruedas...o sufriendo en la cama de un hospital...
Ni para ver a mi Abuela llorando, dejando que sus lágrimas surquen sus mejillas cual palabras, esas que ya no le salen porque su mente se ha encargado de que muchos de sus recuerdos se queden bloqueados y no pueda compartirlos con nosotros. Mi Abuela, esa que siempre tuvo una sonrisa de apoyo, ánimo y felicidad para cada uno de los momentos que hemos compartido a su lado.
Ni para ver a mi Tía llorando por lo que se le viene encima...Y lo que es peor, llorando más por lo demás que por ella misma.
No estoy preparado para ver a mi Madre sufrir...
Alguien lo está?, alguien sabe cómo hacerlo?
Muchas noches me he despertado llorando por anticipado...por miedo a afrontar todas esas situaciones.

Muchas noches he deseado con fuerza irme yo antes que todos ellos, egoístamente quizás...
Hace mucho tiempo que "ese" dios ya no existe para mi...Un dios tan cariñoso con sus hijos no les dejaría pasar por lo que pasan.

Seguramente, a pesar de todo, soy un afortunado, pues conocí a bisabuelos, conservo a casi todos los abuelos, el resto de mi familia apenas ha sufrido problemas....pero aún así y reconociéndolo...cuando llega...no hay consuelo posible.
Sin duda, este es el lado más negativo de la soledad.