viernes, 29 de noviembre de 2013

Vendrán días....

De esos días en los que incluso trabajar te hace sentir bien y que merece la pena lo que estás haciendo, por aquello por lo que te encuentras separado de hogar, familia y amigos. Sólo en mitad de mares y océanos...
Te encuentras con tantas fuerzas que además, eres capaz de ir al gimnasio y hacer ejercicio, escuchando las melodías de Dream Theater, para intentar eliminar o hacer desaparecer los resultados dañinos para tu cuerpo y para tu imagen de tantos meses con pastillas para tu dolor, no para el dolor ajeno...
No paras ahí, limpias y recoges todo, harto de vivir entre polvo, buscando crear un nuevo hábitat...ya que estamos aquí, por qué no hacerlo un poco mejor...
Te duchas escuchando a los grandes Pink Floyd, nada puede pararte. Y mientras el agua cae por tu cuerpo te da por volver a los pensamientos cíclicos en los que imaginas que la vida merece la pena. A pesar de que estas sensaciones aparecen uno de cada cien días.
Hoy tocaba jugar la final de dominó, la final de uno de los muchos campeonatos que se hacen a bordo para simular la intención de hacer más llevaderos todos estos días de tránsito. Después de haber perdido al mus, la racha siguió acorde con el día y a pesar de haber perdido la primera, conseguimos remontar y llevarnos la victoria. En unos días, con una barbacoa por el medio, nos entregarán unos pequeños premios para recordar el hecho...en fin...
Después nos sentaremos a que nos de la brisa del mar, disfrutando de dejar la mirada perdida en la oscuridad iluminada de las estrellas, soñando con lo que tengo tan lejos y quiero tanto.
Por desgracia esos días tienen las horas contadas...pero esta vez comenzaremos la cuenta atrás, ya solamente quedan 22, mi número.